ADOLFO BIOY CASARES: "La celosa idolatría, que vela por que nadie objete nada contra algunas figuras (Shakespeare, Cervantes, San Martín), a lo largo del tiempo se fortifica incesantemente. Pope pudo objetar casi candorosamente a Shakespeare; Johnson, con pocas precauciones; hoy habría que ir contra viento y marea. Desde luego que más peligroso debe de ser atacar, dentro de España, a Cervantes, aunque no tanto como, en nuestra mansa Argentina, permitirse una duda sobre San Martín".