ARTHUR SCHNITZLER: "Las virtudes ensalzadas con mayor fanfarria son aquellas que se pueden ejercer sin esfuerzo mental ni derroche de energías ni siquiera de autodisciplina, sobre todo las dos siguientes: el patriotismo y el temor de Dios. En sí mismos no son virtudes, pero han sido calificados como tales por aquellos poderes, el Estado y la Iglesia, que obtienen las ventajas más flagrantes de su existencia".